"En el año 1982, James Naismith recibió un encargo de la dirección de la Escuela Normal de la Unión Cristiana de Jóvenes. Debía crear un juego de interior que se desarrollara en un espacio cubierto. De este modo, durante los duros inviernos de Springfield (sí, donde los simpson) los jóvenes podrían practicar una actividad física sin tener que recurrir a las aburridas tablas de gimnasia.
Pensó en un juego que mantuviera alguna de las estructuras típicas de los deportes tradicionales al aire libe: de equipo, con balón y con una portería como objetivo.
De esta manera propuso cinco normas básicas:

• Se juega con un balón redondo y con las manos.
• No se puede andar con el balón controlado.
• El jugador puede situarse en cualquier parte del campo.
• No está permitido el contacto físico entre los jugadores.
• El tiro será hacia arríba.

Llegados a este punto, faltaba definir cómo debían ser las porterías. Se prouso que fueran unas cestas de pesca, situadas en lo alto de una pared para dificultar la ejecución.
Nacía el Balon-Cesto. Así fue como acabaron bautizandolo en Springfield, recurriendo a un sencillo juego de palabras. 
Después de múltiples ensayos y tras estudiar los resultados del juego, se introdujeron las primeras reglas del balonccesto, que definirían mejor el objetivo del mismo (conseguir encestar con las manos) y cómo lograrlo sin incurrir en irregularidades.

Transcurrido un tiempo en que el número de jugadores fue variando, se determinó, en 1895, que debían ser cinco por equipo.
El éxito del juego fue en aumento, hasta que en los Juegos Olímpicos de Berlín, en 1936, se introdujo el baloncesto en el calendario olímpico.
"
Cita: Pere Andreu y Víctor García Borda, BALONCESTO